A lo largo de este post, quiero dar algunas recomendaciones y orientaciones sobre el manejo de la diabetes para que pueda servirle tanto a los familiares como a los pacientes diagnosticados con esta enfermedad. Los propios médicos olvidamos muchas veces que, para el paciente, puede ser la primera vez que oye hablar de la diabetes.
Son muchos los aspectos de la enfermedad que el paciente diabético quizás desconoce, y deberían tener una explicación detallada
Cifras permanentemente elevadas de azúcar pueden dañar los ojos, el corazón o el riñón
La Diabetes Mellitus es un trastorno metabólico que se caracteriza porque los niveles de azúcar en sangre están muy elevados, ya que la hormona encargada de regularla, la insulina, se produce de manera deficitaria, no trabaja lo suficiente o ambas. Esta glucosa elevada o hiperglucemia persistente de la diabetes, si no se controla, se asocia a complicaciones a largo plazo, ya que lesiona órganos tan importantes como los ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos.
Las causas de la diabetes son varias, desde la destrucción autoinmune de las células beta pancreáticas que producen la insulina, hasta otras alteraciones que conducen a una acción insuficiente de la misma. El resultado, en ambos casos, es una elevación de las cifras de glucosa en sangre.
El tratamiento óptimo de la diabetes implica control por el endocrino y otros médicos especialistas
Esta persistente elevación de la glucemia puede acabar dañando y alterando órganos vitales, como el corazón, los ojos, el riñón, por lo que el paciente debe estar informado de lo importante que es cumplir con los hábitos de vida saludables que le recomendemos, así como con la toma correcta de la medicación.
Igual de importante será, por parte del médico, informar y realizar las pruebas complementarias pertinentes, y derivar a los especialistas adecuados para controlar y prevenir los daños secundarios principales de la enfermedad. De esta manera, aparte del seguimiento habitual con el endocrino, los pacientes con diabetes tienen que realizar una serie de pruebas y analíticas complementarias con el fin de prevenir y detectar a tiempo las posibles complicaciones que pudieran aparecer asociadas a la enfermedad.
En el momento del diagnóstico de la Diabetes Mellitus Tipo 2 hay que hacer una visita al oftalmólogo
Los ojos son un órgano diana que se puede dañar y enfermar en el caso de una glucosa persistentemente elevada, llegando incluso a producir un desprendimiento de retina, daños en el vítreo y hasta ser causa de ceguera.
- Los pacientes con diabetes tipo 1 tienen que ser revisados por el oftalmólogo a partir de los 5 años de su diagnóstico y con una edad de 15 años o más.
- Los pacientes con diabetes tipo 2 deberían ser evaluados en el momento de detectarla y con una frecuencia posterior marcada por el oftalmólogo de referencia.
El control riguroso de la glucosa y la tensión arterial previene el daño de los riñones asociado a la diabetes
También los riñones son un órgano importante y diana de un azúcar mal controlado, pudiendo llegar a deteriorarse hasta llegar a la insuficiencia renal con tratamiento sustitutivo. Tener un estricto control de la glucemia (HbA1C menor o igual 7 %) y mantener a raya la tensión arterial son las mejores medidas para prevenir su aparición. En los análisis de orina rutinarios que solicita el endocrino tiene que ir incluido el estudio de la función renal y deberá informarse al paciente de las medidas adecuadas a llevar a cabo para proteger y prevenir el deterioro progresivo de los riñones.
Todo paciente diabético debe tener una revisión anual con el cardiólogo
Los pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2 se consideran pacientes de alto riesgo para desarrollar enfermedades coronarias y a nivel cardiovascular. Por ello, desde el primer momento, el paciente tiene que ser muy consciente de lo importante que es seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad y abandonar el hábito tábaquico, con el fin de prevenir o corregir los factores de riesgo cardiovascular que ya pudiera tener asociados.
Así, la tensión arterial tiene que controlarse de manera periódica desde el primer momento y mantenerse en valores aceptables ya sea solo con dieta y ejercicio o, si llegara a ser necesario, por medio de la medicación.
Un número importante de pacientes con DM tipo 1 y 2 se consideran de alto riesgo, por lo que es recomendable que al momento del diagnóstico se les realice un ECG y, en el caso de los pacientes con diabetes tipo 2, deben llevar a cabo un seguimiento anual con el cardiólogo de referencia que decidirá la frecuencia de seguimiento y las pruebas complementarias que debiera realizar en base al caso particular de cada paciente
Hay que revisar periódicamente el estado de las uñas, heridas o rozaduras en los pies
Los pies en un diabético también merecen un cuidado especial. Son más vulnerables a las heridas, callos y deformidades que suelen evolucionar peor y con más riesgo de infecciones y complicaciones que en las personas sin diabetes. Por tanto, deberemos prestar mucha atención y de manera continuada a las pequeñas heridas o lesiones que pudieran aparecer en el dorso, planta o uñas de los pies, y asegurar su correcta curación y recuperación. Si es necesario, habrá que recurrir al podólogo para su tratamiento e incluso para que proceda a cortar las uñas de la manera correcta.
La dieta más recomendada en el paciente diabético es la dieta mediterránea
Un paciente diabético no tiene que seguir un régimen de vida especial o notablemente diferente al de las personas que no tienen diabetes, pero sí que tiene que cumplir las indicaciones básicas recomendadas. De esta manera, la dieta no tiene que ser a medida o mantener un régimen particular, pero sí que tienen que conseguir mantenerse en un peso adecuado (IMC por debajo de 24) y tener una dieta cardiosaludable.
Para esto sería conveniente reducir progresivamente la ingesta de alimentos ricos en ácidos grasos saturados o con azúcares añadidos y alimentos fritos y rebozados e ir sustituyéndolos de manera progresiva por vegetales, fruta, cereales integrales, productos ricos en fibra (al menos 40 g al día) como los yogures tipo BIO, guisantes secos y legumbres.
Una forma muy sencilla para asegurarnos de que estamos cumpliendo con estos requisitos en cada comida es dividir el plato en tres porciones. La mitad del plato la ocuparían las verduras, un cuarto sería la pasta, el pan, las legumbres o el arroz, y el otro cuarto del plato estaría reservado a la proteína, como la carne, el pescado y los huevos.
Al menos 3 veces por semana sería recomendable incluir el consumo de pescado azul y de manera diaria una fuente de grasa poliinsaturada como un puñadito de frutos secos.
Se debe reducir al máximo el consumo de sal y evitar la sal encubierta que se encuentra enmascarada en embutidos, snacks, comidas preparadas o caldos procesados.
En cuanto al consumo de alcohol, se podrían tomar hasta 2 o 3 unidades estándar de alcohol al día con un efecto mínimo sobre la glucemia, pero avisando al paciente de que tenga la precaución de no combinarlo con ejercicio físico intenso ya que corren el riesgo de una severa hipoglucemia.
El ejercicio físico regular ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre y previene las complicaciones asociadas a la diabetes
La actividad física es una parte fundamental del cuidado de una persona con diabetes. Se recomiendan al menos 150 minutos de ejercicios de tipo aeróbico moderado-intenso cada semana, al menos tres días no consecutivos de la semana. Pero si hacemos una hora diaria mucho mejor.
Si no tenemos costumbre de hacer mucho ejercicio, se puede introducir gradualmente empezando por una actividad física de baja intensidad (caminar).
El tabaco empeora el control de la diabetes y multiplica el riesgo de las enfermedades asociadas
Continuando con los buenos hábitos de vida que deben seguir los pacientes con diabetes, hay que recodar y remarcar que el tabaco multiplica el riesgo de enfermedades cardiovasculares y en los pacientes con diabetes mucho más.
También hay más riesgo de que el tabaco lesione los riñones, los ojos y en general supone un incremento considerable de la mortalidad. Especialmente si se es diabético, hay que plantearse definitivamente abandonar su consumo, sabiendo que el médico de cabecera puede ayudarnos para ello, ya sea mediante terapia, consejos conductuales e incluso con medicación.
Los pacientes diabéticos como mínimo deben aprender a medir el azúcar de la mañana y en situaciones especiales
Otro punto clave es aprender a automedirse y controlar la glucemia capilar mediante la utilización de un glucómetro domiciliario. Y es que el autocontrol de los niveles de glucosa capilar es considerado como una parte integral de los autocuidados de los diabéticos.
Esto es especialmente importante en los pacientes en tratamiento con insulina y/o tomando fármacos que pueden producir bajadas importantes del azúcar en sangre, como los hipoglucemiantes orales del tipo Sulfonilureas (Glimepirida).
Es importante preguntarle a nuestro endocrino cómo se usa el glucómetro y tenerlo siempre a mano en casa o cuando viajamos, con el fin de poder estar informados sobre el estado de la enfermedad y de si necesitamos algún cuidado extra o cambios en la medicación habitual. Nos será también útil para ajustar la medicación cuando estemos en situaciones especiales como un ayuno, infecciones, cirugías… que requieren modificar la medicación, o bien para prevenir una bajada severa de azúcar si se empezaran a tener síntomas sospechosos de hipoglucemia, así como para orientarnos sobre el modo en que estamos controlando el progreso de la enfermedad.
Por lo menos, debe hacerse una medición una vez al día, por la mañana y antes de desayunar, siendo los valores de azúcar recomendados superiores a 60 pero por debajo de 130 mg/dl. Hacer más determinaciones a lo largo del día o incluso antes y después de las comidas principales dependerá del tipo de paciente, su medicación y estado de la diabetes en cada momento. Será ya el endocrino habitual el que las solicite de manera individualizada dependiendo de la situación en que se encuentre cada persona.
La diabetes es perfectamente compatible con una vida normal
El paciente con diabetes debe normalizar al máximo el manejo de la enfermedad y no sentirse como alguien diferente y o condenado al sacrificio. Saber que, como el resto de los mortales, tiene que seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio físico con regularidad y que, si consigue llevar estas recomendaciones con constancia, esto repercutirá en un manejo más sencillo de la diabetes y en menos complicaciones inmediatas y a largo plazo.
Es importante recordar que el manejo de la diabetes es multidisciplinar, y que aparte del seguimiento habitual con el endocrino, deberá realizar una serie de visitas puntuales a lo largo del año con otros especialistas con el fin de tener un cuidado más completo y personalizado de la enfermedad.