Se acerca la noche más larga del año y para algunos la noche en la que más excesos van a cometer, no obstante, para comenzar el 2019 sin remordimientos y libres de los primeros excesos quería sugeriros algunas recomendaciones para comenzar el año nuevo con buen pie y estómago y mejor cabeza.

  • Suena a perogrullo, pero la mejor medida es la prevención y la MODERACIÓN. Ser conscientes a lo largo de la noche de cuanto estamos comiendo y bebiendo y marcarnos un límite de cuánto es lo máximo que nos podemos permitir. Es seguro que si controlamos lo que comemos y bebemos nos lo pasaremos mejor, nos sentiremos más ligeros, disfrutaremos más el momento y el día siguiente y podremos recordar con mayor nitidez y una sonrisa todo lo bueno de esa noche.
  • HIDRATACIÓN. El exceso de alcohol potencia la deshidratación y con ello la pérdida de agua y electrolitos, lo que puede precipitar la tan temida resaca y los dolores de cabeza del día siguiente . Para evitarlo, es fundamental hidratarse abundantemente, no solo el día posterior a la cena,  sino durante la misma fiesta (beber vasos de agua entre copa y copa) y antes de acostarnos. La hidratación deberá mantenerse durante toda la jornada del día siguiente. Además de agua, es recomendable beber bebidas isotónicas para equilibrar  la pérdida de agua y de minerales que trae consigo el exceso de alcohol, e intercaladas con zumos naturales como el de naranja, manzana que nos ayuden a reponer el azúcar y las vitaminas perdidos durante la noche y que participan en  una correcta metabolización hepática del alcohol. Una idea es dejarnos preparados en el frigorífico un zumo natural de manzana, mango o naranja, bien cerrado para evitar su oxidación, y bebernos un vaso abundante con una cucharada de miel cuando volvamos de la fiesta y antes de dormir.
  • CAFÉ, MEJOR PARA EL DÍA 2. Aunque el día 1 de enero podemos caer en la tentación de desayunar un café bien cargadito con el fin de reponernos e intentar volver a ser personas después del ajetreo nocturno, es mejor que lo cambiemos por una bebida menos irritante para el estómago. Y es que después de una noche de sobrecarga gástrica, el café en ayunas puede rematar al probre estómago inflamando irritando las mucosas de sus paredes. Por otra parte,  el café es bastante diurético y podría agudizar la pérdida de líquidos que hemos tenido la noche. Mejor cambiarlo por un té verde o blanco que son antioxidantes, infusión de tomillo o salvia, que alivian las molestias digestivas o un poleo o té con menta, con efecto antiinflamatorio.
  • REPONER ENERGÍA.  Para comenzar el año nuevo con energía y después de los excesos de la noche de fiesta, resulta perfecto desayunar un zumo de naranja natural o de frutas variadas casero o bien una pieza de plátano si preferimos la pieza entera. De esta manera continuamos hidratándonos y además conseguimos aumentar rápidamente los niveles de azúcar que haya podido disminuir el alcohol durante la noche (el acohol disminuye el azúcar en sangre). Sin darnos cuenta nos llenamos de energía, reponemos vitaminas y minerales y ayudamos al hígado en su proceso digestivo.
  • EVITAR COMIDAS GRASAS O AZUCARADAS. Si conseguimos levantarnos el día 1 con el estómago en su sitio y sin náuseas terribles es posible que sintamos unas ganas tremendas de tomar alimentos grasos, precocinados o con muchos azúcares. Esto es debido a que el exceso de alcohol produce una pérdida de sales minerales a través de la orina y el sudor y una disminución de los niveles de azúcar en sangre, lo que estimula las ganas de tomar alimentos grasos o muy azucarados al día siguiente. Lejos de caer en esta tentación  que terminaría rematando nuestro sobrecargado estómago y sin nutrirnos lo suficiente, tenemos que buscar alimentos que liberen energía y azúcar lentamente para evitar ataques bruscos de ansiedad y de apetito, que repongan al mismo tiempo el sistema hidroelectrolítico y que asienten y repongan todo el tubo digestivo. Un caldo de verduras (hidratante y reponedor de sales y vitamina C) y un plato de arroz hervido o de pasta con pan tostado, nos va a saciar, controlará la sensación de hambre voraz y nos dotará de vitaminas y minerales para prácticamente todo el día.
  • INFUSIÓN DE JENGIBRE PARA LAS NÁUSEAS. El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias, mejora las digestiones y alivia la sensación nauseosa. Si no nos gustan las infusiones, podemos optar por consumirlo en forma de pan o galletas de jengibre. Una manera sencilla y deliciosa de controlar estos síntomas.
  • QUE NO FALTEN HUEVOS Y ATÚN AL NATURAL. Para una correcta metabolización del alcohol son fundamentales vitaminas del grupo B como la B6 y la B12. Las podemos encontrar en alimentos como el huevo (mejor cocido) o atún al natural, que además son muy digestivos, saciantes y fáciles de preparar. Perfectos para incluirlos en la media  mañana del día 1 o para comer o cenar. Además, el huevo es rico en el aminoácido cisteína, que ayuda a eliminar el acetaldehido procedente del metabolismo del alcohol.
  • MEJOR IBUPROFENO QUE PARACETAMOL Si a pesar de todas la medidas anteriores la resaca permanece y tenemos un tremendo dolor de cabeza y siempre que no lo tengamos contraindicado por problemas previos de salud, es mejor solucionarlo con Ibuprofeno que con Paracetamol, ya que éste, al ser metabolizado principalmente por el hígado, va a darle un trabajo añadido al que ya venía teniendo por el metabolismo del alcohol.
  • ¡LA RESACA NO SE SOLUCIONA CON UN CERVEZA! Aunque tiene propiedades antioxidantes, y tiene ácido fólico, proteínas y minerales, también está compuesta por alcohol que es precisamente lo que estamos intentando neutralizar con todo tipo de medidas. No, la resaca no se soluciona bebiendo.

Aún estamos a tiempo… ¡AUTOCONTROL Y MODERACIÓN!