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Como viene ya siendo tradición, la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Universitario Ramón y Cajal celebró el 4 de febrero “Pensando en Nosotras”, una jornada destinada a pacientes y familiares con cáncer de mama. Hablamos de actividad física, de hábitos alimentarios, de novedades científicas, de aspectos familiares y sociales y, ¡cómo no!, de emociones e ilusión. Hablamos poco de Medicina, aunque algo, y mucho de las personas. Hablamos de aspectos que pueden interesar, pero de los que nunca hablas en la visita al médico.

Han sido las novenas jornadas, aunque para mí, como coordinadora, han sido las cuartas. Aún recuerdo el día que cogí el testigo a nuestra compañera y originaria de estas jornadas, la Dra. Martina Marín, cirujana plástica. Ese entusiasmo por hacer algo nuevo y diferente y, ¿por qué no?, “transgresor” de las rutinarias charlas, un tanto aburridas, por qué no decirlo, que les habíamos dado a las pacientes, ¡incluso yo como ponente!

¿No se trataba de unas jornadas para pacientes? Pues démosles a ellas su voz y que participen en ellas… Y eso hemos hecho.

Cuando, durante las sextas jornadas (las primeras para mí como coordinadora), después de mucho esfuerzo y trabajo, llegué al salón de actos del Hospital Ramón y Cajal y vi que no quedaba ni un hueco (450 butacas) y la gente estaba de pie en los laterales, me embargó una emoción y un llanto que no olvidaré en la vida. Recibí tanto ese día que organizarlas se ha convertido en una droga medicinal compuesta de sacrificio, trabajo, emoción, risas, compañerismo… a la que me he vuelto adicta, y puedo jurar que no hay día en que no piense en algo que incorporar a las siguientes ediciones. Por eso, quizás, esto me hace reflexionar sobre estas jornadas: ¿Para quién son? ¿Para ellas o para mí? Pues, sin duda, para ellas y ellos, los acompañantes lo familiares, los amigos, los que están a su lado, haciendo lo que pueden, pero con un retorno tan grande en mi corazón, y en el resto de mis compañeros de la Unidad de Mama a la que represento, que hace que nos mantenga la llama y las mariposas en el estómago, para poder continuar con este proyecto.

  • Elemento de la Galería
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Mirando atrás, después de haber pasado tan solo un mes del evento, me quedo por la fortaleza de las pacientes, con ese desfile de mujeres con cáncer de mama en bañador y ropa interior, insuperable por las mejores modelos de Cibeles o Milán… Me quedo por esos testimonios de ellas y su forma de afrontar la enfermedad; me quedo por los ponentes: qué forma tan cercana y delicada de contar el cáncer de mama, para que se pueda entender en diez minutos; me quedo por nuestros periodistas, que, de forma totalmente voluntaria y altruista, nos dirigen las mesas redondas; por nuestras voluntarias, que llevaban dos días adornando y poniendo bonito el teatro, para que estuviéramos confortables… Me quedo por cada uno de los que pusieron su grano de arena y dieron lo mejor de sí para que todo estuviese perfecto… Me quedo soñando, me quedo reflexionando y me quedo pensando en ellas y en mí, para ver cómo podemos superar lo de este año