Hoy os voy a hablar con más detalle de algo que comenté por encima en la última entrada: los métodos de cribado o “screening” del cáncer (para hablar de estos métodos usamos muchas veces el término directamente en inglés).
Estos métodos son procedimientos que se realizan para detectar de forma precoz a pacientes con cáncer o lesiones pre-cancerosas y así poder realizar un tratamiento que consiga la curación del paciente.
Existen dos modalidades de cribado, el cribado poblacional que se realiza en unos determinados grupos de la población y el cribado individual que se hace de forma individualizada según el paciente.
Cribados Poblacionales
Los cribados poblacionales se suelen realizar según un calendario establecido en función de la edad y/o el sexo. Se utilizan para cánceres que tienen una frecuencia e importancia elevadas en la comunidad, que tardan tiempo en desarrollarse y en sus fases iniciales no presentan síntomas, con unos criterios diagnósticos claros y para los que existe un tratamiento curativo. Los métodos más habituales y que han demostrado mayor efectividad para un diagnóstico precoz del cáncer son:
- Cribado del cáncer de cérvix:
Pruebas que se realizan a las mujeres que tienen riesgo de padecer cáncer de cérvix (que es como llamamos al cuello del útero) y que la mayoría de ellas no presentará ningún síntoma en las fases iniciales. El objetivo es detectar cambios precancerosos en el cuello del útero que pueden producir un cáncer si no se aplica el tratamiento adecuado a tiempo o detectar cánceres en estadios iniciales para los que se puede aplicar un tratamiento curativo. La prueba que se utiliza actualmente para este cribado es la prueba de Papanicolaou (la que conocemos comúnmente como citología) que es la única que se ha utilizado en grandes grupos de población y ha demostrado que reduce la incidencia de cáncer de cervix. Si eres mujer, ¿cuándo te deberías realizar estas pruebas? Este cribado en condiciones normales se suele realizar en mujeres que tengan entre 25 y 65 años con una vida sexual activa, porque para el desarrollo de este cáncer es necesario la infección por el virus del papiloma del que ya os hablé en la entrada sobre infecciones de transmisión sexual. Si estas citologías son normales se recomiendan repetirlas al menos cada 3 años. En menores de 25 y mayores de 65 años no se realiza de forma sistemática este cribado porque en estos grupos de población no ha demostrado beneficio en la reducción de la incidencia del cáncer y se individualiza su realización según los casos.
- Cribado del cáncer de mama:
Pruebas que se realizan a las mujeres en riesgo de padecer cáncer de mama ya que al igual que en el cáncer de cérvix las fases iniciales suelen ser asintómaticas. Aquí el objetivo es detectar el cáncer en su etapa inicial (in situ) ya que las posibilidades de curación de los cánceres de mama que se detectan en esta etapa son prácticamente del 100%. La prueba que se utiliza para este cribado es la mamografía, que consiste en una radiografía de ambas mamas. Es el método más eficaz y permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que sean palpables y cuando aún no se ha extendido en profundidad ni se ha diseminado a los ganglios u otros órganos cercanos. Gracias a este cribado la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido de una forma muy significativa y al ser mínima la dosis de radiación empleada, los beneficios de realizarlo superan claramente a los riesgos.
¿Cuándo se realiza esta prueba? Puede variar según las regiones pero lo normal es que se realice a las mujeres de mayor riesgo, cuya edad está comprendida entre los 50 y los 65 años, con una perioicidad de 2 años si los resultados son normales. Recientemente, en algunos lugares se está incorporando a los programas de screening las mujeres en edades entre 45-49 años y 65-69 años. Pero no han demostrado un beneficio las campañas de diagnóstico precoz por encima de los 69 años ni por debajo de los 45 años. En mujeres entre 40 y 45 años solamente puede ser aconsejable si existen factores de riesgo elevado como el genético, aunque hay que tener en cuenta que la mamografía es menos sensible este grupo de edad porque el tejido mamario es más denso y estos casos puede ser recomendable una ecografía. Otro método complementario a la mamografía es la palpación, realizada periódicamente por el médico o por la propia mujer. Sin embargo, este método es menos eficaz y no permite diagnosticar tumores pequeños, que sí serían diagnosticados con una mamografía. Con la mamografía se puede detectar el 90% de los tumores mientras que con la palpación menos de un 50% así que no se recomienda la realización de autoexploración de las mamas de forma exclusiva como método de cribado, debido a su baja fiabilidad.
- Cribado de cáncer de colorrectal:
Estas pruebas se realizan a las mujeres y hombres en riesgo de padecer un cáncer de colon o recto, porque al igual que en los dos cánceres anteriores las primeras fases ocurren sin síntomas. Cerca del 90% de los cánceres de colon y recto podrían ser curados si se detectasen de modo precoz, antes de que la enfermedad llegase a estadios más avanzados. Una de las pruebas utilizadas es el test de sangre oculta en heces, que sirve para detectar si existe o no sangre en las heces, que es habitualmente la manifestación inicial en este tipo de cánceres. El objetivo del cribado es la detección y extirpación de pólipos precancerosos para prevenir el desarrollo de tumores malignos y/o su detección en estadios precoces para realizar un tratamiento curativo. El cribado de cáncer de colon tiene como diana a hombres y mujeres entre 50 y 69 años en los que no existen antecedentes familiares. Así, se excluyen personas con un historial previo de cáncer de colon o con antecedentes familiares, que al considerarse como población de alto riesgo deben tener un seguimiento especial. La periodicidad con la que se debe realizar la sangre oculta en heces es de dos años si los resultados son normales.
Lo que debes saber sobre los métodos de cribado o screening del cáncer Click Para TwittearCribado individual
Dentro del cribado individual destacamos los marcadores tumorales que se realizan habitualmente si sospechamos algún tipo de cáncer en especial. Se hacen de forma sencilla mediante análisis de sangre u orina para detectar determinados elementos que se elevan de forma característica en determinados tumores. El PSA (o antígeno prostático específico) es el ejemplo más conocido que se solicita si se sospecha de cáncer de próstata tras un tacto rectal patológico; pero existen muchos más marcadores tumorales que se pueden solicitar si se sospecha algún tipo de cáncer en particular.